Este órgano empieza a construirse a los 16 días de gestación
Edad recomendada De 0 a +13 años
Psicóloga
Los estudios científicos han demostrado que una buena estimulación temprana produce cambios profundos en el cerebro que ayudan a mejorar los procesos de aprendizaje. En este sentido, las familias tenemos el rol fundamental de proporcionar a nuestros hijos los recursos y experiencias adecuadas para ello.
El cerebro es plástico (es decir, tiene la capacidad de adaptarse, de aprender y de superar las limitaciones del entorno) a lo largo de todo el ciclo vital, pero lo es cada vez menos a medida que avanza la edad. Aunque sabemos que el cerebro humano comienza su construcción a los 16 días de gestación y que ya absorbe información de lo que le rodea, la infancia y la niñez son las etapas que van a marcar el periodo más significativo en la formación del ser humano, ya que en ellas se asientan todos los cimientos para los aprendizajes posteriores.
Desde el nacimiento, el cerebro ya necesita de un entorno estimulante que además esté potenciado por el cuidado y la responsabilidad de los adultos, siendo los padres fundamentales para determinar, en gran medida, la capacidad de aprender de los niños.
Cuidados y experiencias que tienen efectos directos en la estructura y función del cerebro
Los estudios científicos demuestran que la primera infancia (desde el nacimiento hasta los 6 años) y la niñez (desde los 6 hasta los 12 años) son etapas cruciales que requieren de unos cuidados y de unas experiencias tempranas esenciales que permitan construir en el cerebro infantil pilares sólidos para una adecuada enseñanza futura:
NUTRICIÓN. El cerebro de los niños requiere de una dieta equilibrada para cumplir con las funciones cerebrales esenciales y protegerse del estrés oxidativo. La desnutrición en la primera infancia provoca:
SUEÑO. Los niños deben dormir las horas indicadas para su edad, ya que el sueño desempeña un papel destacado en el aprendizaje:
EJERCICIO FÍSICO. Los niños deben realizar ejercicio físico de forma habitual, especialmente ejercicio aeróbico, ya que tiene numerosos beneficios para el aprendizaje:
ESTILO DE APRENDIZAJE. Los niños necesitan interactuar y experimentar directamente con el ambiente que les rodea, ya que las primeras áreas en consolidarse del sistema nervioso son las relacionadas con el movimiento y las percepciones:
CURIOSIDAD. Las emociones tienen un papel destacado a la hora de almacenar la información en la memoria. Los estudios científicos han demostrado que cuando los niños sienten curiosidad por aprender algo, la adquisición de conocimientos nuevos activa las bases cerebrales del placer y se consolidan mejor los aprendizajes. Para favorecer la curiosidad de los niños podemos:
JUEGO. Los niños deben tener un tiempo de ocio todos los días para jugar. El juego permite aprender de forma espontánea mientras se divierten, se liberan de la presión de la vida diaria y su cerebro descansa:
NUEVAS TECNOLOGÍAS. El uso de las nuevas tecnologías (televisión, tablet, consolas, ordenador) por parte de los niños tiene efectos positivos cuando se utilizan de forma moderada (por ejemplo, 15-20 minutos al día), ya que optimizan la activación de las zonas cerebrales que se encargan de la atención, la memoria, la planificación, el razonamiento, la toma de decisiones o la autorregulación emocional.
Sin embargo, su uso excesivo afecta negativamente a dichos procesos, especialmente a la atención, ya que el uso de estos dispositivos requiere de un foco atencional muy corto y cambiante en contra de la atención sostenida, que es la que se requiere para los procesos de memoria y aprendizaje.
NORMAS Y HÁBITOS. Los niños deben tener normas y rutinas desde pequeños; les permite saber cómo tienen que actuar en cada momento y aprenden a anticipar actividades y consecuencias, facilitando así su aprendizaje:
AFECTO. El vínculo afectivo desde el nacimiento permite al niño adaptarse al entorno, regular su frustración, confiar en sí mismo y buscar autonomía, que son factores imprescindibles para el aprendizaje:
APRENDIZAJE POR OBSERVACIÓN. Durante los primeros años de vida, la mayor parte de los aprendizajes se producen por observación, de modo que los adultos tienen que actuar como modelo de habilidades cognitivas, sociales y emocionales.
RELACIONES CON LOS IGUALES. Las relaciones interpersonales forman parte del eje central del desarrollo infantil, especialmente la interacción con los iguales, que permite la adquisición de aprendizajes de enorme valor:
EXPERTO:
Psicóloga Clínica de la Universidad Autónoma de Madrid con certificado de Psicólogo General Sanitario.